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Durante el recorrido por la hermosa localidad de Imías en Guantánamo, se encontró con un claro ejemplo de empoderamiento y dedicación: la operadora de la estación Mango Carrizal. A primera vista, podría parecer que su labor es simple, pero al darle voz a sus experiencias, se revela la complejidad y la importancia de su trabajo en el sistema.
Ella explicó cómo su día a día implica una serie de tareas que requieren no solo habilidades técnicas, sino también una gran capacidad para resolver problemas en tiempo real. "Cada jornada es un desafío; siempre hay algo nuevo que aprender y controlar", comentó con una sonrisa. Su pasión por su trabajo es evidente, y eso se traduce en un ambiente laboral más positivo y eficiente.
Este encuentro no solo resaltó la valía del trabajo que realiza, sino que también subrayó un mensaje importante sobre el papel de la mujer en espacios tradicionalmente masculinizados. El esfuerzo de mujeres como ella demuestra que, en Imías, no existen barreras que impidan la participación activa en cualquier actividad.
A medida que se siguió con la visita, quedó claro que el compromiso y la determinación de estas mujeres están trascendiendo límites, inspirando a futuras generaciones a seguir sus pasos. En Imías, los obstáculos no son más que oportunidades disfrazadas.
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